Hoy quiero compartir contigo mis reflexiones de estos días. Siempre estoy con algo entre manos porque mi pasión es aprender y desentrañar esos misterios de nuestra mente, cómo se llegan a hacer nudos mentales y cómo se pueden deshacer para seguir hacia adelante.

¿Alguna vez has sentido que estás metido en un laberinto y que no puedes salir? Nuestra perspectiva se estrecha y nuestros sentimientos parecen estar metidos en un laberinto, donde no vemos la salida y nos sentimos indefensos.

Cuando, por alguna razón, hemos quedado atrapados en un de laberinto de nuestra mente, sentimos que no podemos hacer nada para salir de ahí, como si algo nos bloqueara. Esto es lo que se llama indefensión aprendida


Todos desde que éramos niños e íbamos avanzando por las diferentes etapas, hemos sentido y pensado ese «no puedo». Todos hemos tenido que enfrentarnos a miles de creencias limitantes e irracionales que salen como ramificaciones del «no puedo», hasta que hemos comprobado que sí podíamos y hemos ido avanzando por diferentes pantallas.

Hemos ido rompiendo creencias limitantes. Tiene tanto poder la creencia «no puedo» como la creencia «puedo», así es que nosotros elegimos la dirección. Sí, he dicho elegimos, habrá alguien que piense que desde ahí no puede elegir porque está atrapado. Ya sé que es esto lo que se experimenta, pero por esa razón precisamente, a veces, se necesita ayuda profesional. 

No es ningún fracaso tener que acudir a un profesional, hay personas que lo interpretan así porque les cuesta pedir ayuda. Más bien significa reconocer que la estrategia que se está utilizando para intentar salir no resulta útil, esto es algo muy inteligente e indica un momento de conciencia crucial para poder comenzar una terapia y que se le pueda sacar provecho. Si somos capaces de tener esta apertura para poder cuestionar nuestras creencias, vamos por muy buen camino y nos previene de volver a meternos en ningún otro laberinto.

Volviendo a la niñez quizá se ha frecuentado ese laberinto o galaxia de pensamientos irracionales y erróneos más de lo deseado, guiados por el aprendizaje que nuestro entorno nos ofrecía. Así, este laberinto nos resulta más familiar e incluso «cómodo» en algún sentido.
Si por ciertas circunstancias nos hemos quedado atrapados en ese laberinto, toda nuestra percepción cambia, todo lo vemos desde esa única perspectiva. Una serie de pensamientos se encargan de convencernos día a día de cosas que no son ciertas y además son negativas, pero como nuestra perspectiva está ahí atrapada, es lo único que oímos, con la repetición lo llegamos a creer más y más. Por eso es fundamental no aislarse socialmente, si no, será la única perspectiva que tendremos y cada vez nos convencerá más. Sería como meternos en nuestra propia secta, sin salir al exterior.


En la vida adulta, cuando nos encontramos inmersos en alguna situación difícil, es el momento en el que tenemos delante un reto. De nuevo aparecerá ese «no puedo», en alguna ocasión. La cuestión es ¿cómo puedo utilizar el pensamiento «no puedo» para salir de ahí? pues precisamente poniéndolo en interrogación: ¿no puedo? cuestiónalo y comprueba, esfuérzate en comprobarlo bien.

A veces, todos pasamos por momentos en los que nos sentimos deprimidos por diversas razones, sin embargo, esto no condiciona nuestra vida. Pero cuando este estado de ánimo parece instalarse en nosotros se produce lo que se llama un trastorno del estado de ánimo y resulta muy incapacitante para la persona que lo padece.

En este caso, la depresión, sería un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por una tristeza profunda, decaimiento, apatía y baja autoestima.

Cada persona tiene diferente historia, diferentes causas por las que está dentro del laberinto y diferentes formas de salir de él. Eso sí, una cosa está clara, y es que los recursos que se necesitan para salir no pueden ser los mismos recursos que se han utilizado para entrar. Por tanto, será necesario hacer algo diferente.

En términos de informática podrías necesitar un curso individualizado para reconfigurar los ajustes del ordenador de tu mente. Si entramos en los ajustes podemos ver qué programas están bloqueados y están bloqueando a otros, con todos sus correlatos físicos, conductuales, cognitivos y emocionales.


Puede que ahora mismo en tu vida tengas un reto que superar para seguir adelante y sientas «no puedo», pero recuerda que tan sólo es un laberinto que ocupa una pequeña porción de tu mente, aunque ahora sientas que lo ocupa todo.

Seguiremos adelante descubriendo creencias limitantes que os mostraré en próximos artículos de este blog.

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